Víctor Valdés, 10. Seguro: Empezó algo nervioso y titubeante, pero pronto se entonó. Tampoco tuvo demasiado trabajo. Resolvió con acierto los escasos remates del United. Impecable.
Puyol, 10. Bravo: Suplió al sancionado Alves en el lateral derecho. Y de qué manera. Jugó como si fuera el último partido de su vida. El capitán dio empuje y se multiplicó no sólo en defensa, sino también en ataque. Es el 'Brave Heart' de este equipo. ¡Magnífico!.
Piqué, 10. 'Piquenbauer': El apodo le va como anillo al dedo. Hace un año, siendo jugador del United, vio la final desde la grada. Y anoche fue, junto a Touré, el amo del centro de la zaga. Y eso que vio la amarilla al cuarto de hora por una falta sobre Cristiano Ronaldo. Pero no se arrugó. Nadie le superó. Y además estuvo pletórico en la salida de balón.
Touré Yayá, 10. Soberbio: Volvió ejercer de central en sustitución del lesionado Márquez y, como ocurrió en la final de Copa ante el Athletic, pareció que haya jugado ahí toda la vida. Además, se incorporó con peligro al ataque y supo hacer circular bien el balón.
Sylvinho, 10. Perfecto: Hizo olvidar al sancionado Abidal como lateral izquierdo. Y cumplió con creces su cometido. Nadie pudo con él por su banda. Su falta de continuidad a lo largo de la temporada no se notó lo más mínimo. ¡Magnífico!.
Xavi, 10. Metrónomo: El partido fue del Barça en cuanto se adueñó del balón. Estelar, creando y defendiendo. Hizo circular el balón con tanta rapidez que el United casi ni se enteró. Estrelló una falta en el palo. Y, como guinda, centró el balón que Messi convirtió en el 2-0.
Iniesta, 10. Endiablado: Andresito es muy grande. Mas que eso, un gigante. Recién salido de una lesión, llevó de cabeza a toda la defensa del Manchester, moviéndose como un ángel entre líneas. Nadie hubiera dicho que hace sólo tres semanas sufrió una lesión que puso con el corazón en un puño a todos los barcelonistas. Habilidoso, rápido, lúcido en la construcción del juego... no se puede pedir más.
Busquets, 10. Colosal: El año pasado logró el ascenso a Segunda B con el filial. Y anoche se doctoró a lo grande. Empezó titubeante, pero se entonó a medida que pasaron los minutos, hasta el punto que desquició a Paul Scholes, que estuvo a punto de lesionarle en la recta final del partido.
Henry, 10. Voluntarioso: Llegó algo justo de fuerzas a la final y le costó entrar en el partido, pero se mostró peligroso al contragolpe. Estuvo a punto de marcar en una de ellas al inicio de la segunda parte, pero le faltó acierto en el remate. De cualquier manera, se sacó la espina de la final de París, que perdió con el Arsenal. Por fin tiene el único gran título que le faltaba: la Champions. Se la merecía.
Eto'o, 10. Matador: Como ocurrió en la final de París hace ahora tres años, abrió el camino hacia la gloria con un gol providencial. Y lo hizo tras una jugada de quitarse el sombrero. Ubicado en la derecha, se internó desde la banda, dejó 'sentado' a Ferdinand con un quiebro eléctrico y batió a Van der Sar con un disparo ajustado al palo corto. Defendió, luchó, atacó, se dejó la piel en el campo... como siempre. Colosal.
Messi, 10. Letal: Es un genio. No hay más palabras. Por si alguien tenía aún alguna duda, anoche confirmó su condición de mejor futbolista del mundo. Ni que decir tiene que ganó su duelo particular con el aún Balón de Oro, Cristiano Ronaldo. Empezó por la derecha, pero desde poco antes del 1-0, Guardiola lo ubicó por el centro. Y, como ocurrió ante el Madrid en el día del 2-6, llevó de cabeza a la defensa inglesa con su rapidez y habilidad. Marcó el 2-0 cabeceando de manera impecable un centro de Xavi.
Entraron en la segunda parte:
Keita, 10. Cumplidor: Sustituyó a Henry en el 71' y aportó solidez y control en la media, cuando el Barça ya ganaba 2-0.
Pedro y Cáceres, 10. Testimoniales: Guardiola los hizo entrar en el descuento y pudieron disfrutar en el campo de un partido para la historia.
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